Sepan que así estoy muriendo,
Que fui culpable de malentender su designio;
que los demás sepan si ya jalé del gatillo
cuando responda que las cenizas de su recuerdo
ya se las ha llevado una ráfaga de olvido.

Las historias no concluyen sino empiezan, la nuestra empezó de una manera inesperada, antes de tiempo, fuera de órbita, sin regla alguna y libre como el viento.
Eres el pulmón del aire que respiro,
la hebilla de plata en mi cinturón de cuero,
eres la heroína de mi cruel y gran cuento
contado hoy, ayer, y en todos los tiempos.
la hebilla de plata en mi cinturón de cuero,
eres la heroína de mi cruel y gran cuento
contado hoy, ayer, y en todos los tiempos.

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